miércoles, 21 de julio de 2010

LOS COLORES DEL CIELO

¿Alguna vez os habéis preguntado por qué el cielo es azul? ¿O por qué los atardeceres y amaneceres se tornan rojizos o anaranjados? La respuesta a estas preguntas va a copar hoy nuestra entrada del blog.
En primer lugar debemos tener en consideración dos elementos fundamentales: la luz del Sol y la atmósfera. Vayamos por partes.

  • Luz del Sol: la luz solar es el espectro total de radiación electromagnética proveniente del Sol. Dentro de ese amplio margen se encuentra la luz visible, es decir, la que el hombre es capaz de percibir, y que abarca desde el violeta hasta el rojo, como se aprecia en la siguiente imagen.
  • Atmósfera: es la capa gaseosa que envuelve a la Tierra, quien la atrae gravitatoriamente. Entre otros muchos compuestos, la atmósfera contiene vapor de agua, que es evaporado, precisamente, por el calor del Sol. Además hay finísimas partículas de polvo que ayudarán, junto con esa humedad atmosférica, a dispersar aún más la luz solar.

Si se han ententido estos dos conceptos, podemos continuar.

La aparición de los distintos colores va en función del grado de dispersión de la luz blanca, siendo el violeta el que más se dispersa (desviación máxima respecto al rayo blanco) y el rojo el que menos (desviación mínima).

Los rayos azules y violetas, al desviarse, chocan con otras partículas que hacen variar su trayectoria. De este modo, cuando la luz llega a nuestros ojos, no parece provenir directamente del Sol, sino de todas las regiones del cielo.

El Sol, por el contrario, se ve de color amarillo, ya que los rayos amarillos y rojos apenas se desvían y van casi en línea recta hasta nuestros ojos.

Después de toda esta explicación, seguro que más de uno se ha preguntado: y si la luz violeta es la que más se desvía, ¿por qué vemos el cielo azul, y no violeta? Para esto también hay dos respuestas:


  1. En la luz solar hay una mayor predominancia de luz azul sobre la violeta.

  2. El ojo humano tiene más sensibilidad a la luz azul que a la violeta.

CONCLUSIÓN: el color azul del cielo es debido a la mayor difusión de las ondas cortas (ver nuevamente la figura del espectro electromagnético).

Otra duda, ¿y por qué el Sol es amarillo, y no blanco? Muy sencillo. A la luz blanca que emite el Sol hay que restar el azul del cielo, siendo el resultado el amarillo rojizo que vemos.

Ahora bien, el cielo solo es azul de día, pero por la noche, al alba y al ocaso, los colores cambian. ¿Cuál es el motivo? Veamos:

  1. Amanecer-atardecer: en ambos casos, el camino que debe recorrer la luz solar a través de la atmósfera es mayor, como vemos en la imagen (B). En ese recorrido, los choques aumentan, y también la probabilidad de que uno de esos choques se realice contra una partícula absorbente. Tan solo los rayos rojos (¿os acordáis que eran los que menos se desviaban?), más rectilíneos, son los que llegan hasta nosotros. En los amaneceres el efecto no es tan pronunciado, ya que durante la noche (menor temperatura y mayor humedad) las partículas de polvo que ayudan a la dispersión se han depositado en el suelo.
  2. Cielo nocturno: cuando el Sol se ha ocultado por completo y ha finalizado el crepúsculo, vemos un cielo negro porque no llega luz y no puede darse la suficiente difusión. En la imagen de la derecha podéis comprobar cómo el cielo es totalmente negro una vez entrada la noche.



    Y así podríamos seguir hablando de las distintas tonalidades rosáceas, verdosas, etc., que adquiere el cielo a lo largo del día. Son muchos los factores que influyen (nubosidad, aerosoles, estación del año...) sobre la coloración celeste. Gracias a ellos, podemos contemplar cada día un amanecer y un atardecer diferentes.
Solo una cosa más: ¿de qué color sería el cielo si en nuestro planeta no hubiera atmósfera? Espero vuestras respuestas ;)

La solución, en la próxima entrada.

Las fotografías mostradas en esta entrada tienen derechos de autor.

martes, 20 de julio de 2010

DE ESTRENO

Bienvenidos todos a este vuestro blog. Un espacio en el que hablaremos de Biología y Geología desde un punto de vista didáctico, pero sin perder un ápice de rigor científico. Intentaremos relacionar estas ciencias con todo lo que nos rodea; buscar una explicación a aquello que nos resulta tan cotidiano; o, simplemente, aprender un poco más de nuestra madre Tierra.

Aún no vamos a adentrarnos en ningún tema en particular. Simplemente, quería "vestir" un poco este blog hasta la próxima entrada, ya en serio.

Para que vayáis abriendo boca, os dejo este enlace, donde encontraréis explicaciones de la célula, la mitosis, la meiosis o los ciclos biogeoquímicos, entre otras cosas.

¡Hasta la próxima!