¿Qué es un liquen?
Un liquen es una estrecha asociación simbiótica entre un alga y un hongo.
Así de sencillo, pero así de complejo al mismo tiempo.
La simbiosis es una relación mutualista en la que los dos organismos que participan en ella salen beneficiados sin perjudicarse. ¡Ah! ¿Pero eso existe? Sí. En la Naturaleza sí. En la vida real... no tanto.
El alga, autótrofa y capaz de fabricar su propio alimento, necesita encontrarse en un medio acuoso, que es proporcionado por el hongo, heterótrofo, que recibe del alga ese alimento que él es incapaz de sintetizar.
La unión es tan íntima, que a simple vista resulta imposible diferenciar a los dos organismos. Lo que vemos es el resultado de dicha unión.
Sí. Todo esto está muy bien. Pero, ¿qué pintan los líquenes en la Naturaleza? Podríais preguntaros. Pues pintan y mucho. Veréis:
- Son organismos primocolonizadores: es decir, son los primeros en aparecer en un ecosistema. Por ejemplo, tras un incendio forestal. Ayudan a ir conformando el suelo gracias a su aporte de materia orgánica. - Son muy resistentes: pueden soportar temperaturas extremas e, incluso, la desecación. Si es preciso, ralentizan su crecimiento y se "aletargan" hasta que las condiciones vuelvan a ser adecuadas.
- Son bioindicadores: esa resistencia, sin embargo, es menor frente a la contaminación atmosférica, bajo la que sucumben ciertas especies. Por ello, si nos encontramos árboles con gran cantidad de líquenes (especialmente, de los llamados fruticulosos y los foliáceos), quiere decir que estamos en un lugar donde se respira aire puro. - Son aprovechables en la medicina y la industria: tanto por sus propiedades curativas (antibióticas, antiinflamatorias, antitumorales...), como por su aprovechamiento económico (como colorantes, en decoración, perfumería...).

¡Hasta la próxima!
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